no tengo dinero. o el boleto de entrada o el estacionamiento. no hay más qué pensar. me lanzo en taxi, con la idea de encontrar en los primeros cinco minutos, alguien a quien abrazar, que además tenga un carro y me diga: no hay pedo, aymé, yo te llevo, al cabo, vives super cerca.
yo vivo lejos de todo, normalmente. desde que nos cambiamos para acá, en mis fiestas de cumpleaños sobraban bolsitas de dulces (cosa buena y mala). pero esta vez, no. por primera vez, queda algo cerca de mi casa. decide el señor municipio, cambiar de lugar las ferias desde el año pasado. me parece perfecto, hoy miércoles, que está café tacuba.
llegué y ya estaban tocando. luego, luego me dí cuenta, que eso de encontrar caras conocidas, no iba a ser tan fácil. un chingo de gente. el optimismo se me da naturalito, respiré y empecé a caminar. medio concert buscando a mis gentes. en las orillas me detuve a ratos. quería disfrutar las rolas. el piecito se movía marcando ritmos, la cabecita también. eso de la búsqueda me llevó al centro de la gente. error. los primeros acordes de la rola movida, me entraron directo para sentirme aplastada por el slam (y que vuelvan los noventas). yo y mi cuerpecillo, luchamos contra otros grandes, violentos y sudados. cuando por fin salimos, quería llorar, pero mejor me reí y supuse que una cerveza me caería bien. tenía quince pesos, me faltaban veinte. pedí y llegó: qué pasó mija, quiéres una cerveza?, si, pero se me perdió mi cartera y no me alcanza. cuánto te falta.... oye, mil gracias, ya me voy para allá, mi amiga ya ha de estar preocupada porque ya me tardé mucho. primer trago y agradecí a mis instintos pro-sed y bienestar.
aquí, me dí por vencida. a la fregada la búsqueda. un taxi, camión, calafia, un raite, me voy caminando (simón, aymé...mejor sigue pensando en el taxi y en conseguir feria para pagarlo). y ya me quedé en un lugar. trago, trago, y ya no era sólo el piecito y la cabeza. que el amor es b a i l a r, cantaba él, y yo sabía que no podía escuchar mejores palabras. y entonces, oí la vocecita en la que había estado pensando por dos días. marcelita, hermosa, al rescate. ya de ahí, más baile y esmeralda, angélica y álvaro.
y luego se acabó. dejaron de tocar y ya no le hicieron caso a la segunda coreada de otra, oooootra, culero, culeeeero. ni modo.
rico, rico.
ahí nos quedamos por un rato. platicando. cuatro risas y álvaro muy serio. y entonces aparecieron todos los de mi lista de búsqueda. hasta uno muy inesperado al que abracé fuerte, fuerte y que me hizo tener sonrisa enorme por diez minutos seguidos.
llegué a mi casa temprano. todos los del carro, se iban al after. ahí supe lo malo de mi cercanía a las ferias: lo que surgiera después de los concerts, no iba a ser cerca de aquí. ni modo.
marte en el cielo y la aymé acostada bocarriba en el techo del carro....
nota para mí:
(no quisiera admitirlo, pero me dí cuenta de algo que ya imaginaba. no sé qué tanto pueda aguantar eso de viajar sola. no es miedo, para nada, pero sí que me gusta compartir lo que me causa placer. los tacubos ahí arriba, lo comprobaron. yo quería, cuando empezaban las rolas que me gustan más, voltear a ver a alguien y que me sonriera de vuelta... chale, los días van a ser largos en nayarit)
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