martes, mayo 02, 2006

autoconfesión

resulta que soy una niña berrinchuda. nada nuevo. pero cada vez me vuelvo más enojona. más irritable. y aunque luego regrese a mi risa normal, quiero pensar que todo pasa. porque no me gusta sentirme así. y trato de encontrarle respuesta y resulta que llego a donde mismo.
mira, lo que pasa es que ya estoy muy cansada. todo el tiempo me duele la espalda. y eso de andarme cuidando de no cargar, bailar, hacer ningún movimiento drástico, voltear rápido, correr, agacharme, no está tan suave.
entonces creo que esa frustración cotidiana, se convierte en caras largas y vulnerabilidad.

estoy muy cansada de que me duela la espalda. se me salen las lágrimas a mitad del día, cuando voy manejando en automático en un carro stándar; o justo después de darme cuenta que jamás pensé me gustara tanto, como las persianas recortan la luz que entra por la ventana, en partes iguales.


paciencia, lo sé

1 comentario:

dulce Angélica dijo...

me copiaste la vida!