viernes, noviembre 21, 2008

el piso de madera vieja me deja sentir hasta acá su pie-metrónomo. escucho las canciones que pacientes esperan ser terminadas un día cercano. lo disfruto a pesar de que lo he oído cientos de veces. a veces me pierdo y ya no escucho nada. otras, entiendo frases nuevas que siempre estuvieron ahí.

yo estoy sentada en la cama, con las manos en el teclado y la cabeza en otra parte. sin poder concentrarme en lo que debería, imaginando un gran reloj en cuenta regresiva en la pared de enfrente, mientras yo sigo con la pantalla en blanco.

en días como estos, quisiera dejar toda responsabilidad para acostarme, entrecerrar los ojos y encontrar figuras en la madera, con un playlist donde de repente aparecieran campanas de todos tamaños.

No hay comentarios.: